viernes, 19 de agosto de 2011

LA URNA SANGRANTE de Pascual Pérez y Rodríguez

La novela gótica es la literatura del terror disciplinado, dicen los adeptos a la relatada magia de lo tenebroso... En este sentido Miriam López Santos, profesora de la ULE, es la principal experta en novela gótica española gracias a una tesis doctoral brillante según Luis Alberto de Cuenca y, además, es la descubridora y autora de la edición de una rara novela dentro del siglo XIX hispánico –La urna sangrienta o El panteón de Scianella- (esta atmosférica e inquietante narración que mantiene al lector siniestramente seducido, toda una rareza heterodoxa en nuestro canon, estaba perdida pero gracias a un audaz rastreo bibliológico acaba de ser recuperada por la editorial Siruela).
Ahora que vivimos un curioso resurgir de la literatura gótica posmoderna, gracias sobretodo a Anne Rice, resulta ciertamente conveniente recordar que se pensaba que la novela gótica –que llegó a su apogeo con perdurables obras como El Monje de Matthew Lewis, Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki y sobretodo Los misterios de Udolfo de Ann Radcliffe- era una tradición anglófona no arraigada en nuestras letras. Sin embargo ha venido la iconoclasta investigación de esta profesora ha colocarnos meritoriamente en el mapa gótico clásico.
La novela recuperada, terror mistérico con catarsis final, es obra de un avanzado intelectual del momento, Pascual Pérez y Rodríguez, revela por su concepción a un alma selecta y comienza exótica y justificativamente presentándonos a un viajero sistemático inglés, M. Smith, que, en su recorrido por ciertos lugares ignotos de Italia, llega la capilla de San Firmo: allí un franciscano le entrega el manuscrito de esta enigmática novela.
Con prosa penetrante y gran capacidad hipnótica el autor pasa a contarnos, en medio de un universo gótico puro de ambientes y obsesiones ancestralmente turbias, la delincuente historia de Ambrosio, torturado, satánico y emocionalmente purulento señor del castillo de Scianella, y un personaje emparentado con Signor Montoni, el maléfico bandolero italiano creado por Ann Radcliffe: Ambrosio, cuyos criados maniqueos Cenon y Coscia, como arquetipos bíblicos que ejemplifican el bien y el mal, reduplican y complementan en segundo grado en la ficción la gran lucha de fuerzas que en esta novela indirectamente moral se da, se contrapone obsesivamente a la casta y benigna Mandina, y de tal contraposición devienen sucesos demoníacos, atroces aquelarres del mal, persecuciones turbadoras, terribles, y... Todo con el ingrediente de los virtuosamente descritos escenarios: el palacio, sus alrededores y un ruinoso castillo con torreones, pasadizos, tenebrismo en cada rincón, viento que recuerda al exhalar de los fantasmas, galerías que hacen sentir la pegajosa cercanía del miedo... ¡Una literaria joya negra!... Pasen y lean, si se atreven.