martes, 3 de mayo de 2011

LO QUE ESCONDE TU NOMBRE de Clara Sánchez

Con su ancestral dicotomía entre buenos y malos, y su penetrante dibujo psicológico de los malos en concreto, la ficción actual repleta de nazis, villanos posmodernos, torturados terroristas, tenebrosos asesinos en serie y soldados fanáticos dedicadamente torturadores bien parece, sin pretenderlo, una legitimación asépticamente académica del mal. Exitosas novelas como EL LECTOR de Bernhard Schlink, por citar sólo un ejemplo, realizan un aseado trabajo narrativo que humaniza a los verdugos en vez de a las víctimas, lo cual, en esta sociedad nuestra de valores cambiados y morbo a raudales resulta efectivo en términos de ventas, pero carente de la finura moral que caracteriza a la gran literatura.

Por eso como una lúcida y meritoria apuesta por la finura moral ha de entenderse la última novela de Clara Sánchez LO QUE ESCONDE TU NOMBRE (Ed. Destino, Premio Nadal 2010), que aborda desde una moderna perspectiva indirecta el tema del nazismo pero no al modo de Bernhard Schlink, sino aunándose al espíritu aleccionadoramente humano de Viktor Frankl, Primo Levi, Imre Kertész, Paul Celan y por ahí todo seguido.

Clara Sánchez no busca lo anecdótico del mal sino que le interesa su desmesurado sinsentido. Consigue forjar así un subyugante relato de terror con personajes enfáticamente creíbles; una absorbente novela con tono rebosante de naturalidad sobre la memoria y la redención de la culpa. La trama fluye con dinámica profundidad. La estructura narrativa sutilmente discontinua es heredera en cierto modo del perspectivismo de Faulkner, pero, ya se sabe, a esta virtuosa del realismo multisignificativo no le pierden las complejidades experimentales a la hora de contar historias.

Sandra, su evolutivo personaje protagonista, ha decidido aislarse en un pueblo de la costa mediterránea española: acaba de dejar el trabajo y, embarazada de un hombre al que ya sólo le une la distancia, pasa los días retirada intentando aplazar la decisión de qué hacer con su vida. En la playa conoce a los Christensen, un matrimonio de serviciales octogenarios noruegos que parecen la solución a las lacerantes soledades de la confusa Sandra.

A su vez Julián, un anciano superviviente del campo de exterminio de Mauthausen que acaba de llegar en busca de su amigo y compañero de campo Salva, se encuentra con que éste ha muerto dejándole una carta póstuma: en ella asegura que aquí, bajo el sol celebrador, vive de incógnito otro impune nazi sanguinario. Con los recuerdos comunes alentando su espíritu justiciero Julián sigue paso a paso las idas y venidas de esos dos noruegos.

El punto de giro fundamental del argumento se produce cuando Julián aborda a Sandra y le revela detalles de un pasado histórico –los abyectos horrores perpetrados por los nazis durante la II Guerra Mundial- que a ella sólo le suenan por alguna película: horrores en blanco y negro que se le antojan ajenos. Aunque el inquietante relato de Julián a Sandra le parece descabellado, empezará de todos modos a mirar de una forma nueva a sus dos amigos, las palabras y los silencios de esa pareja cobrarán para ella y para el lector un significado nuevo, y ese súbito fin de la inocencia pondrá paulatinamente en peligro la vida de Sandra, y tachará a su vez la indiferencia que el lector puediera albergar hacia el mal que no le concierne.

LO QUE ESCONDE TU NOMBRE, sin obsesionarse con el lenguaje preciosista, nos devuelve a una autora de singular destreza rítmica. He aquí un logro ético en forma de narración iluminadora, actual, valiente, profunda, sensible, poco convencional en su perspectiva y con un final que, en estos tiempos turbulentos, te afianza en la vida... No se la pierdan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario