martes, 3 de mayo de 2011

QUERIDO SILENCIO de Luis Muñoz

Tengo cierto ejemplar guardado en mi baúl de un poemario desgastado. Se titula Septiembre y está escrito por Luis Muñoz… Poemas desgastados de tanto recordarlos. Antes, cuando éramos más jóvenes y vivir consistía en salir a la calle sin un duro, en esos tiempos en que compartíamos hallazgos, jazz y triangulaciones amorosas, robamos ese libro en unos grandes almacenes para recitarnos unos a otros el poema Testigo como prueba de amistad. Hicimos de ese libro un evangelio. Lo leíamos sentados sobre la acera como si fuera un texto escrito en papel de hachís capaz de otorgarnos serenidad elaborada.

El tiempo pasa pero los libros elegidos permanecen, y cada uno de nosotros fuimos forjando nuestra propia autonomía. Caminando paralelamente juntos como las vías del tren aprendimos que crecer tiene que ver con el verbo distanciarse; que como enseña ese libro iniciático vivir es avanzar fijándose en detalles que en realidad son símbolos. Oh, fatigados al fin nos fuimos: algunos a trabajar fuera de León porque así de cruel está aquí la política y la vida; otros, los menos, luego regresamos. Ahora nos quedan esos versos en los que releer todo cuanto fue, y conservamos el verano como punto de encuentro para llenarlo de nuevos poemas y experiencias evocadas con la emoción de entonces. Nos quedan los recuerdos que se derraman igual que la espuma de cerveza avivando aquel tiempo en el que bebíamos sexos y fumábamos flores.

Ese libro vacacional y melancólico titulado Septiembre primero, la narratividad con brillantes metáforas de Manzanas amarillas después, y más tarde el deseo expresado con una serenidad y naturalidad capaces de sintonizarnos el cuerpo con el alma de El apetito y Correspondencias, fueron y son una ventana que siempre estará abierta. Con cada nítido poema su autor logró una meta notable: escribir algo a lo que regresar.

Ahora acaba de llegar a mis manos el último libro de este poeta. Se titula Querido silencio (Editorial Tusquets) y en él destaca no sólo el lenguaje depurado sino principalmente ese tono reflexivo, detallista, relajado y sorprendente que nos hace ver acaso que la vida también puede ser eso, esa mirada atenta, ese refinamiento, sí, esa depuración emocional… Que la vida también puede ser cierta quietud no exenta de capacidad de asombro. Son poemas a la vez intimistas y expectantes como "Campo de alcornoques", u otros a un tiempo reflexivos y narrativos como el titulado "Rápido", pero sobre todo es la fascinante imaginación apegada a la realidad de "Cepillos de dientes" o "Doméstico" la que me devuelve a un espacio poco habitado últimamente, mis recuerdos, al tiempo que me insufla cierta cadencia más acorde con mis ritmos naturales y mentales.

Por eso hoy me ha parecido que ésta es una ocasión tan buena como cualquier otra para agradecerle al “azar” que nos hiciera llegar entonces la obra de este autor -su propuesta lírica original y emocionante, ese sendero esencial e introspectivo que nos abrió los ojos y los abrazos mientras lo compartíamos todo porque no teníamos nada-.

Ojalá dentro de muchos años esté yo un día vagando por mi casa con los ojos vidriados y, sin saber por qué, llegue al baúl para mi insospechado reencuentro con las cosas, topándome de pronto con este ejemplar amarillento de Querido Silencio. Ojalá lo abra entonces por la página que señale un pétalo estratégicamente muerto, y relea "Culatra", y luego "Un poco absurdo", porque esos poemas delicadamente impuros serán en ese punto algo así como un espejo que me podrá indicar si yo sigo siendo de los míos.

Libros de carne que llevamos dentro del corazón lo mismo que los viajeros nómadas llevan ropa en sus maletas. Antorchas en la noche del día a día que dan luz y también motivos para la existencia. Pequeñas grandes cosas que, como el mar o el amor, unen y separan. Ahora que el incipiente verano deja instantes para la balada de la vida en calma quiero recomendarles muy sinceramente, cómo no, que compren y lean poesía porque sin ella la vida probablemente seguiría existiendo, pero no sabríamos qué significa... Hay en las librerías un poemario ponderado y emocionante titulado Querido silencio. Pasen y lean.

No hay comentarios:

Publicar un comentario